Ingredientes
240 g de harina común
90 g de yogur
85 ml de agua
7 g de fermento seco – 20 g de fermento fresco
5 g de sal
5 g de azúcar
Aceite de oliva
Instrucciones
1. Separar 3 cucharadas de harina y reservar.
2. Poner el resto de la harina, la levadura, el azúcar y la sal en un bol y mezclar.
3. Añadir el agua y el yogur y mezclar hasta homogeneizar (yo uso batidora, pero se puede hacer a mano). La masa debe estar blanda, pero no pegajosa. Si está pegajosa, añade poco a poco la harina reservada hasta que la masa deje de amasarse en las paredes del bol. Guarda hasta conseguir una masa elástica. Cuando esté hecha, forma una bola en la encimera y colócala en un bol untado con aceite. Unta también la masa con un poco de aceite y tapa el bol. Deja reposar la masa durante 1 hora o hasta que doble su tamaño (ver notas).
4. Sacar la masa del bol y colocarla sobre una superficie enharinada. Desmoldar y dividir en 8 trozos.
5. Moldear cada trozo en pequeñas bolas y dejarlas tapadas durante 10 minutos.
6. 6. Coger una bola, aplanarla y formar con un rodillo un disco de 15 cm de diámetro. Dejar los discos tapados mientras se da forma al resto de los puntos. Ten cuidado de no amasar la masa al abrirla o no te quedará un pan vacío.
7. Calentar una sartén (preferiblemente de hierro fundido) a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, añade el primer disco de pasta que hayas abierto (no hace falta aceite ni mantequilla).
8. Hornea el pan hasta que empiecen a formarse burbujas en la superficie y se llene, de 30 a 40 segundos. Dale la vuelta y cocina por el lado durante 30 segundos, o hasta que esté ligeramente tostado. No amase el pan mientras se hornea. Sacar de la sartén y guardar en un plato envuelto en un paño de cocina para mantenerlos calientes y flexibles. Repita el proceso con el resto de las bolas.