Cómo reutilizar las cáscaras de huevo para tus plantas como abono

Reutilizar las cáscaras de huevo como abono es una excelente forma de aprovechar los desechos orgánicos y enriquecer el sustrato de tus plantas con calcio, un nutriente esencial para su crecimiento. Aquí te explico cómo hacerlo:

Lo que necesitas:

  1. Cáscaras de huevo: Guarda las cáscaras de huevo después de usar los huevos en la cocina. Lávalas bien para eliminar cualquier residuo de clara o yema.
  2. Horno o microondas (opcional): Para esterilizar las cáscaras y eliminar cualquier posible contaminación.
  3. Mortero y mano de mortero o licuadora (opcional): Para triturar las cáscaras en pedazos pequeños.

Pasos:

  1. Seca las cáscaras (opcional): Si prefieres, puedes secar las cáscaras de huevo en el horno o en el microondas para eliminar la humedad y evitar que se desarrollen malos olores. Para hacerlo, simplemente coloca las cáscaras en una bandeja para hornear y caliéntalas en el horno a baja temperatura (alrededor de 93°C o 200°F) durante unos 15-20 minutos, o en el microondas durante intervalos de 30 segundos hasta que estén secas al tacto. No las sobrecalientes para evitar que se doren.
  2. Tritura las cáscaras: Después de secarlas (si decides hacerlo), puedes triturar las cáscaras en pedazos pequeños utilizando un mortero y mano de mortero o una licuadora. No es necesario que las conviertas en polvo, solo en pedazos pequeños.
  3. Mezcla con el sustrato: Agrega las cáscaras trituradas o secas a la tierra o sustrato de tus plantas. Puedes mezclarlas directamente en la tierra de tus macetas o esparcirlas sobre el suelo de tu jardín. Asegúrate de mezclarlas bien para que se integren con el sustrato.
  4. Riego: Riega tus plantas como lo harías normalmente. El agua ayudará a liberar gradualmente los nutrientes de las cáscaras de huevo en el suelo.

Las cáscaras de huevo son una fuente natural de calcio, que es beneficioso para muchas plantas, especialmente para aquellas que producen frutos o verduras. También pueden ayudar a prevenir problemas de deficiencia de calcio, como el agujero amargo en los tomates.

Recuerda que las cáscaras de huevo son una forma de abono de liberación lenta, por lo que no verás resultados inmediatos. A medida que se descomponen, liberan calcio y otros minerales gradualmente en el sustrato, lo que beneficia a tus plantas a largo plazo. Además, este método es respetuoso con el medio ambiente y te permite aprovechar al máximo los recursos disponibles en tu hogar.