Los olivos son árboles que pueden cultivarse en macetas e incluso en regiones con inviernos templados al aire libre. Sin embargo, para que prosperen adecuadamente, necesitan cuidados óptimos, y entre estos, el corte adecuado es fundamental. En este artículo, te sumergirás en el arte de podar olivos, aprendiendo cuándo y cómo realizar podas de rejuvenecimiento, mantenimiento y formación, así como consejos para trasplantar y cuidar este árbol mediterráneo.
¿Por qué podar un olivo?
Aunque en la naturaleza los olivos pueden crecer sin necesidad de poda, en el ámbito de la jardinería y la ornamentación existen razones válidas para realizar esta práctica. Los olivos, siendo una antigua planta cultivada, han sido objeto de podas durante siglos. La poda, aunque puede parecer artificial, no es del todo ajena a la naturaleza, ya que en ella también ocurren eventos como roturas de ramas o mordeduras de animales, a los que los olivos saben responder cerrando las heridas y continuando su crecimiento.
El crecimiento del olivo y su relación con la poda
Los olivos toleran bien las podas, pero estas deben ser realizadas con moderación, ya que estos árboles tienen un crecimiento lento, tanto en regiones alpinas como en el Mediterráneo. Un corte excesivo puede llevar mucho tiempo en ser reemplazado. Por esta razón, se desaconseja realizar podas radicales en olivos sanos. Su crecimiento se produce principalmente desde las axilas de las hojas, lo que tiene implicaciones importantes para la poda de rejuvenecimiento.
Momento adecuado para podar
Aunque se recomienda ser cauteloso con las podas, existen situaciones que justifican su realización, como cuando el árbol pierde sus hojas y la copa se vuelve desnuda. En estos casos, una poda de rejuvenecimiento puede ser beneficiosa. Esta técnica implica recortar las ramas desnudas a aproximadamente un 30% o 50% de su longitud anterior, dejando dos o tres yemas.
Poda de mantenimiento y formación
Además del rejuvenecimiento, existe la poda de mantenimiento, que consiste en eliminar partes muertas o dañadas del árbol para preservar su salud. En situaciones extremas, como la pérdida significativa de la copa, puede ser necesaria una poda más drástica para fomentar un nuevo crecimiento.
Cómo realizar la poda paso a paso
Para llevar a cabo una poda efectiva, es importante seguir un proceso cuidadoso:
1. Preparación: Observa detenidamente tu olivo y planifica el tipo de poda que necesitas realizar.
2. Selección de herramientas: Utiliza tijeras o sierras afiladas, desinfectándolas previamente si es necesario.
3. Técnica de corte: Procura que los cortes sean limpios y evita dejar agua estancada en las superficies cortadas.
4. Tipos de poda: Realiza la poda de mantenimiento eliminando partes muertas, seguida de la poda de rejuvenecimiento para ramas desnudas y, si es necesario, la poda de formación para darle una forma deseada a la copa.
Cuidado del olivo después de la poda
Después de la poda, es importante revisar el estado de las raíces y proporcionar el sustrato adecuado si es necesario trasplantar el árbol. Además, es fundamental mantener un riego y fertilización adecuados para favorecer un crecimiento saludable.
Conclusión
La poda de los olivos es una práctica importante para mantener la salud y la estética de estos árboles. Siguiendo unas simples pautas y comprendiendo los principios básicos, podrás realizar podas efectivas que beneficien a tu olivo y lo mantengan en óptimas condiciones durante años.