Las plantas, en general, tienen una mayor resistencia a la sequía que al exceso de agua. Uno de los errores más comunes entre aquellos que comienzan a cultivar su propio jardín o huerto es ahogar las plantas por temor a no regarlas lo suficiente. Por lo tanto, antes de regar, es fundamental verificar la humedad del suelo introduciendo un dedo en la tierra para asegurarse de que esté realmente seca. Sin embargo, el calor extremo del verano o simplemente olvidar regarlas son situaciones comunes que pueden llevar a que la planta se marchite. En algunos casos, puede ser demasiado tarde, pero muchas veces aún hay tiempo para revivirla con un método sencillo.