Ingredientes:
- 200 g de chocolate blanco de buena calidad, picado en trozos pequeños
- 1/2 taza de crema para batir (nata para montar)
- 2 cucharadas de mantequilla sin sal
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Opcional: ralladura de limón o naranja para dar sabor adicional
- Opcional: decoraciones para las trufas (cacao en polvo, coco rallado, nueces picadas, etc.)
Instrucciones:
- En un bol resistente al calor, coloca el chocolate blanco picado y reserva.
- En una cacerola pequeña, calienta la crema para batir a fuego medio-alto hasta que comience a hervir. Retira la cacerola del fuego.
- Vierte la crema caliente sobre el chocolate blanco y deja reposar durante 1 minuto para que el chocolate se derrita.
- Con una espátula, comienza a mezclar suavemente el chocolate y la crema hasta que se forme una mezcla suave y homogénea. Si es necesario, vuelve a calentar la mezcla a baño María suave para derretir completamente cualquier trozo de chocolate.
- Agrega la mantequilla sin sal a la mezcla de chocolate y revuelve hasta que se derrita por completo.
- Incorpora el extracto de vainilla y la ralladura de limón o naranja, si lo deseas. Mezcla bien para distribuir los sabores.
- Cubre el bol con papel film y refrigera la mezcla durante al menos 2 horas, o hasta que esté firme.
- Una vez que la mezcla de trufas esté firme, utiliza una cuchara para formar pequeñas bolitas. Si deseas, puedes engrasar tus manos ligeramente con mantequilla para evitar que la mezcla se pegue.
- En este punto, puedes decorar las trufas con cacao en polvo, coco rallado, nueces picadas u otros ingredientes de tu elección. Puedes enrollar cada trufa en la decoración deseada y colocarlas en una bandeja forrada con papel encerado.
- Refrigera las trufas durante al menos 1 hora más para que se endurezcan por completo.
- Una vez que las trufas estén firmes, retíralas del refrigerador y sírvelas en recipientes individuales o en una caja de regalo.
Estas trufas blancas son una delicia indulgente que puedes disfrutar en cualquier ocasión especial o simplemente como un capricho dulce. Su textura suave y su sabor rico y cremoso las convierten en el regalo perfecto o en un dulce postre para compartir. ¡Disfruta de estas deliciosas trufas blancas y compártelas con tus seres queridos!