Podando rosas: rosales arbustivos

Los rosales arbustivos conforman un amplio y diverso grupo de rosas. Generalmente más grandes que los rosales modernos y con tallos más espinosos, estos arbustos suelen ostentar flores fragantes y pueden florecer repetidamente o una sola vez en verano. Son ideales para formar setos y destacan como especímenes únicos en el jardín. En este artículo, exploraremos cuándo y cómo podar estos rosales, así como los problemas comunes que podrías encontrar.

Cuándo podar los rosales arbustivos

La poda de los rosales arbustivos se realiza después de la floración y al final del invierno, generalmente entre febrero y marzo. En regiones más cálidas, como el sur, la poda puede comenzar a mediados de febrero, mientras que en zonas más frías, es preferible esperar hasta marzo. El «Deadheading», es decir, la eliminación de las flores marchitas, se lleva a cabo en verano después de la floración.

Cómo podar los rosales arbustivos

A diferencia de los rosales modernos, los rosales arbustivos suelen florecer en madera más antigua y requieren un crecimiento natural, mantenido mediante una poda ligera pero regular. Es importante lograr un equilibrio entre la madera más vieja y el crecimiento joven y vigoroso. Muchos rosales antiguos tienen un porte arqueado y necesitan espacio, por lo que acortar las ramas solo para limitar su extensión puede arruinar su gracia natural.

Para los rosales arbustivos de floración única, clasificados en el grupo de poda 20, la poda se realiza al final del verano, una vez finalizada la floración. Se debe mantener la planta libre de madera muerta, enferma o dañada, así como de ramas cruzadas o que se frotan entre sí. Evitar la acumulación excesiva de madera vieja ayuda a evitar el congestionamiento en el centro del arbusto.

En cuanto a los rosales arbustivos de floración repetida, clasificados en el grupo de poda 21, se debe mantener un marco equilibrado recortando hasta un tercio de los nuevos brotes fuertes al final del invierno. Las plantas maduras necesitan una poda ligera cada invierno para renovar su crecimiento, eliminando algunas de las ramas principales más antiguas para promover nuevas brotaciones vigorosas desde la base.

Problemas comunes

Al podar rosales arbustivos, es importante estar atento a problemas como la acumulación de madera muerta, el exceso de ramificación en el centro del arbusto y el crecimiento débil o espaciado. Mantener una buena circulación de aire y un espacio adecuado entre las ramas ayudará a prevenir enfermedades fúngicas y a mantener la salud general de la planta.

En resumen, la poda de rosales arbustivos es una tarea importante para mantener su salud y forma. Con un enfoque cuidadoso y estas pautas en mente, puedes disfrutar de rosales arbustivos exuberantes y floridos en tu jardín durante toda la temporada.