¿Cómo puedo evitar que las hojas de las plantas amarilleen?

Hace poco que te has aficionado a la jardinería y estás totalmente entregado a esta nueva pasión. Pero últimamente observa impotente cómo algunas plantas se secan y nota manchas amarillentas en su follaje. Debes saber que el amarilleo de las hojas es un fenómeno común. En un momento u otro, puede afectar a cualquier planta, ya esté dentro o fuera de casa. Es una señal clara de que algo está perturbando el crecimiento y el desarrollo de tu planta.
¿Qué está afectando a su salud y a su floración? Identifica primero el origen del problema para intentar encontrar una solución rápida antes de que sucumba a su enfermedad. ¿Cómo puedes evitar que tus plantas se sequen y amarilleen? Aquí tienes algunos consejos.

¿Por qué amarillean las hojas de mis plantas y qué puedo hacer?

Es frustrante cultivar plantas con amor y, de repente, descubrir que algunas de ellas enferman. Por desgracia, esto forma parte de la rutina diaria de todo jardinero. La decoloración de las hojas de las plantas (que aparece como un tinte amarillento) se conoce comúnmente como «clorosis». Este fenómeno se produce generalmente cuando las hojas sufren una deficiencia de clorofila, una sustancia producida por la planta para su nutrición y que es responsable de su coloración.

Por supuesto, otros factores también pueden desencadenar el amarilleamiento:

Exceso o deficiencia de agua

Según el jardinero Olivier Puech, el exceso o la falta de agua suelen ser las principales causas del amarilleamiento de las hojas. Por eso recomendamos a menudo regar las plantas con el justo equilibrio. Comprenda que un suelo muy húmedo impide respirar a las plantas. Se asfixian, dejan de crecer y dejan de absorber el agua y los nutrientes que necesitan. A la inversa, un riego insuficiente puede provocar sequía. De hecho, el efecto es bastante similar: la falta de agua hace que las plantas dejen de absorber los nutrientes esenciales. De ahí el amarilleamiento de las hojas. ¿Cómo solucionar o prevenir este problema? Elija siempre macetas con agujeros de drenaje. Y antes de regar, haga una «prueba del dedo» en la tierra. Introduzca el dedo índice unos centímetros en la tierra para comprobar si hay humedad. Como norma general, es aconsejable regar sólo cuando la tierra esté seca. A partir de ese momento, debe regar abundante y profundamente.

Un problema radicular

Cuando las raíces de una planta están dañadas, tienen dificultades para cumplir su función esencial. En otras palabras, si su planta en maceta sobrepasa la capacidad de su contenedor, sus raíces corren el riesgo de comprimirse, lo que puede obstaculizar la buena circulación del agua, del oxígeno y de los nutrientes. Obviamente, todas estas limitaciones pueden perturbar el buen funcionamiento de las raíces, y el resultado suelen ser hojas amarillentas.

Selon le jardinier Olivier Puech, l’excès ou le manque d’eau est souvent la cause principale du jaunissement des feuilles. C’est pourquoi il est souvent recommandé d’arroser les plantes de manière équilibrée. Il faut savoir qu’un sol trop humide empêche les plantes de respirer. Elles suffoquent, cessent de croître et d’absorber l’eau et les nutriments dont elles ont besoin. À l’inverse, un arrosage insuffisant peut conduire à la sécheresse. En fait, l’effet est assez similaire : le manque d’eau fait que les plantes n’absorbent plus les nutriments essentiels. Comment résoudre ou prévenir ce problème ? Choisissez toujours des pots munis de trous de drainage. Et avant d’arroser, faites un «test du doigt» dans la terre. Enfoncez votre index de quelques centimètres dans le sol pour vérifier la présence d’humidité. En règle générale, il est conseillé de n’arroser que lorsque le sol est sec. À partir de ce moment, il faut arroser abondamment et profondément.

Un problème de racines

Lorsque les racines d’une plante sont endommagées, elles ont du mal à remplir leur fonction essentielle. En d’autres termes, si votre plante en pot dépasse la capacité de son contenant, ses racines risquent d’être comprimées, ce qui peut entraver la bonne circulation de l’eau, de l’oxygène et des nutriments. Il est évident que toutes ces limitations peuvent perturber le bon fonctionnement des racines, ce qui se traduit souvent par un jaunissement des feuilles.

Falta de nutrientes adecuados

Cuando las hojas amarillean en condiciones adecuadas de pH del suelo, puede ser señal de una auténtica carencia de nutrientes. Tenga en cuenta que algunos nutrientes son muy móviles, como el nitrógeno, que puede filtrarse fácilmente en el suelo. Y a menos que se reponga regularmente con abono, una carencia de nitrógeno puede provocar rápidamente el amarilleo o la palidez del follaje (¡incluso del césped!). Por tanto, si sospecha que hay carencias nutricionales, una fertilización adecuada y el uso de abonos de buena calidad pueden ayudar a remediar la situación.

¿Cómo tratar una planta que amarillea?

Como decíamos antes, es importante conocer las características de tus plantas para poder detectar a tiempo la causa del amarilleamiento de las hojas. Si no quieres que mueran antes de tiempo, es fundamental restaurarlas para que se mantengan bonitas, sanas y duren más tiempo. No te preocupes, existen remedios eficaces para cada problema específico que te ayudarán a cuidar de tus plantas y evitar que amarilleen, con la evidente excepción del inevitable envejecimiento de las propias hojas.

Entonces, ¿qué medidas debes tomar para que tus plantas conserven su exuberante follaje verde? Sigue nuestros consejos.

Riego controlado: como decíamos, el riego nunca debe tomarse a la ligera. Aprende a valorar la cantidad de agua necesaria para cada época del año y temperatura. Con la llegada del calor estival, las hojas de tus plantas pueden empezar a amarillear. En este caso, debes satisfacer sus necesidades y aumentar la frecuencia de riego. Si, por el contrario, las riegas a diario, tus plantas corren el riesgo de recibir demasiada agua y asfixiarse. Piense en regar cada dos o tres días.
Abonado: si el problema proviene de un sustrato empobrecido, enriquécelo con abono en función de las necesidades específicas de tus plantas. Un abono que contenga hierro y fósforo puede ayudar a aportar los nutrientes esenciales.
Cambia de ubicación: la falta de luz o el sol directo pueden provocar el amarilleamiento de las hojas. Si se trata de una planta de interior, es fácil cambiarla de maceta y trasladarla a un lugar más sombreado o con más luz. Como ves, bastan unos pequeños ajustes para que las hojas dejen de amarillear.