1. Elige un Contenedor para Compost
Primero, decide qué tipo de contenedor de compost se adapta a tus necesidades:
- Unidades de Almacenamiento: Simples contenedores que almacenan compost. Son relativamente lentos ya que no permiten mucha aireación.
- Unidades de Rotación: Estos contenedores se pueden girar para airear el compost, acelerando el proceso de descomposición.
- Pila o Montón: Si tienes mucho espacio en el jardín, puedes crear un montón de compost. Es el método menos costoso, pero puede ser antiestético y más difícil de girar.
- Contenedores de Lombrices: Usa lombrices rojas o lombrices tigre para descomponer el material orgánico. Perfecto para quienes viven en apartamentos o tienen espacio limitado.
2. Conoce Tus Verdes y Marrones
Para un compostaje exitoso, es esencial equilibrar los materiales ricos en nitrógeno (verdes) con los materiales ricos en carbono (marrones).
- Verdes: Restos de frutas y verduras, posos de café, recortes frescos de césped, estiércol y hojas verdes.
- Marrones: Hojas secas, paja, heno, cartón, periódico, astillas de madera y serrín.
3. Pasos para Hacer Compost
a. Capas: Comienza tu pila o contenedor de compost colocando materiales gruesos y secos como ramitas o paja en el fondo para una buena aireación. Luego, añade capas alternas de verdes y marrones.
b. Tamaño: Pica o tritura los residuos más grandes. Esto aumenta la superficie para que los microbios trabajen y acelera la descomposición.
c. Girar: Gira regularmente tu compost para airearlo. Esto introduce aire, lo cual ayuda en el proceso de descomposición y previene malos olores.
d. Humedad: La pila de compost debe estar húmeda como una esponja exprimida. Si está demasiado seca, rocía agua, pero si está demasiado húmeda, añade más marrones.
e. Monitoreo: Una pila de compost en funcionamiento se calienta debido a la actividad microbiana. Si la pila no se calienta, añade más verdes y asegúrate de que esté húmeda.
4. Qué No Compostar
Para mantener tu compost 100% orgánico y seguro, evita añadir:
- Carne, productos lácteos y alimentos grasosos.
- Plantas enfermas.
- Malas hierbas que hayan germinado.
- Excrementos de mascotas.
- Productos de madera tratados químicamente.
5. Cosecha tu Compost
En 2-6 meses, dependiendo de los materiales y condiciones, la parte inferior de tu pila o contenedor se volverá oscura, desmenuzable y con olor a tierra. Este es el compost terminado. Tamiza cualquier material grande sin descomponer y almacena tu compost en un lugar seco.
6. Uso de tu Compost
Esparce el compost terminado en tus camas de jardín, mézclalo con la tierra o úsalo como mantillo. Es un potente fertilizante orgánico que impulsará el crecimiento y la salud de las plantas.
Conclusión
Hacer compost en casa es una actividad gratificante y respetuosa con el medio ambiente. Al transformar los residuos de la cocina y el jardín en valioso fertilizante orgánico, juegas un papel en la reducción de desechos y en la promoción de un entorno sostenible. Con paciencia y un poco de esfuerzo, producirás compost rico en nutrientes que tus plantas adorarán.