- Recopilación de las Semillas:
Selecciona una granada madura: Elige una fruta que esté firme, de colores brillantes y sin manchas.
Extrae las semillas: Corta la granada por la mitad y saca las semillas suavemente.
Limpia las semillas: Coloca las semillas en un colador y lávalas con agua fría para quitar cualquier pulpa adherida. - Preparación de las Semillas:
Remojo durante la noche: Coloca las semillas limpias en un tazón y cúbrelas con agua. Permite que se remojen durante la noche.
Estratificación (opcional): Este proceso implica colocar las semillas en una toalla de papel húmeda dentro de una bolsa de plástico y refrigerarlas durante algunas semanas. Puede aumentar las tasas de germinación, aunque las semillas de granada a menudo germinan sin estratificación. - Plantación de las Semillas:
Elige la maceta adecuada: Una maceta de 6-8 pulgadas con buen drenaje es ideal para comenzar.
Prepara la tierra: Opta por una mezcla para macetas que tenga buen drenaje, que se pueda comprar o preparar en casa utilizando partes iguales de compost, arena y turba.
Siembra las semillas: Coloca las semillas a una profundidad de aproximadamente ¼ de pulgada en la tierra, asegurándote de que estén espaciadas al menos a una pulgada de distancia.
Riega ligeramente: La tierra debe estar húmeda pero no empapada. - Cuidado de las Plántulas:
Luz solar: Asegúrate de que tu maceta reciba al menos 5-6 horas de luz solar directa al día.
Riego: Mantén la tierra consistentemente húmeda pero no empapada. Una vez que las plántulas hayan crecido algunas pulgadas, puedes reducir la frecuencia.
Protección: Aunque las granadas pueden tolerar algo de frío, es mejor proteger las plantas jóvenes de las temperaturas heladas. - Trasplante y Poda:
El tamaño importa: Cuando tu árbol crezca más allá de su maceta inicial, transfiérelo a una más grande o directamente al suelo si tienes espacio.
Poda: Una vez que tu árbol alcance aproximadamente un pie de altura, considera podarlo para fomentar el crecimiento de ramas. Esto proporcionará una base más sólida y promoverá una mejor fructificación en los años futuros. - Fertilización:
Utiliza un fertilizante equilibrado de liberación lenta, preferiblemente orgánico. Comienza a fertilizar en primavera y continúa durante la temporada de crecimiento, pero evita el exceso de fertilización, ya que esto puede dificultar la fructificación. - Desafíos Potenciales:
Plagas: Mantente atento a los pulgones, moscas blancas y cochinillas.
Enfermedades: Los árboles de granada son relativamente resistentes, pero ocasionalmente pueden sufrir infecciones fúngicas. Asegura una buena circulación de aire y evita el riego excesivo. - Cosecha:
¡La paciencia es clave! Puede pasar algunos años antes de que tu árbol de frutos, especialmente cuando se cultiva a partir de semillas. Pero una vez que aparezcan, espera a que las granadas alcancen un color profundo y suenen ligeramente huecas al golpear antes de cosechar.
Conclusión:
Cultivar un árbol de granada a partir de semillas en una maceta es una actividad placentera que incluso aquellos con espacio limitado pueden emprender. Con paciencia y cuidado adecuado, serás recompensado con un follaje llamativo y frutos deliciosos. ¡Feliz jardinería!