Los limones son frutos versátiles que pueden crecer casi durante todo el año, y ¿sabías que también puedes cultivarlos en una maceta en casa? Es esencial contar con un ambiente cálido y soleado la mayor parte del tiempo, ya que estos dos elementos son fundamentales para el crecimiento de un limonero en maceta. A continuación, encontrarás instrucciones detalladas y todo lo que necesitas para plantar y cuidar un limonero en casa.
Elección de la semilla y preparación del suelo
Comienza con la semilla de limón, que debe ser absolutamente orgánica para garantizar un crecimiento saludable. Luego, asegúrate de tener el suelo adecuado. Aunque la tierra vendida en la mayoría de las tiendas de jardinería es buena, se recomienda utilizar una mezcla de turba, perlita, vermiculita y fertilizante orgánico para proporcionar los nutrientes necesarios para el limonero.
Elección de la maceta y ubicación adecuada
La maceta es otro elemento crucial. Debe ser de tamaño mediano, con una profundidad de 12 a 15 centímetros, y contar con agujeros para el drenaje. Sin embargo, ten en cuenta que cuando el árbol alcance cierto tamaño, necesitarás trasplantarlo a una maceta más grande. Coloca la maceta en la esquina de la casa que reciba más luz solar directa.
Germinación de las semillas de limón
Antes de plantar las semillas, humedece bien la maceta. Luego, corta un limón orgánico por la mitad y selecciona las semillas que parezcan más viables. Antes de colocarlas en el suelo, chupa el jugo de limón de la semilla durante unos minutos para eliminar cualquier residuo cítrico. No la seques antes de plantarla.
Planta la semilla a una profundidad de aproximadamente 1,2 centímetros bajo tierra, cúbrela y riega con un pulverizador. Cubre la maceta con plástico transparente para mantener las semillas húmedas y colócala en el lugar más soleado de la casa. Es crucial mantener la tierra húmeda, así que verifica regularmente y riega con el pulverizador si se seca.
Después de unas dos o tres semanas, las semillas germinarán y podrás retirar el plástico. Una vez que la semilla haya germinado, la planta seguirá creciendo.