Ah, los gofres de Lieja, esas pequeñas maravillas crujientes por fuera y blandas por dentro. Si quiere impresionar a sus invitados o simplemente darse un capricho, siga esta guía. Le mostraremos cómo preparar estos deliciosos manjares a la perfección. Ponte el delantal y ¡listo!
Ingredientes
Para esta receta, que servirá para 6 personas, necesitará :
– 375 g de harina, para el cuerpo de nuestros gofres
– 22 cl de leche tibia, que despertará la levadura
– 1 sobre de levadura Briochin, el secreto para una masa ligera
– 2 huevos, para unirlo todo
– 1 sobre de azúcar de vainilla, para darle un toque dulce
– 150 g de mantequilla, porque sabe mejor con mantequilla
– 100 g de azúcar perlado, la estrella de los gofres de Lieja
– 1 pizca de sal, para realzar los sabores
Preparación: el comienzo de la aventura
En primer lugar, mezcla la harina con el azúcar avainillado y una pizca de sal. Haz una montañita y forma un cráter en la cima para romper los huevos. Casi parece un pequeño volcán en erupción, ¿verdad?
A continuación, tome la leche tibia, añada la levadura Briochin y viértala en su volcán de harina. Mezcla enérgicamente con una cuchara de madera o una espátula. Acabarás con una masa bastante densa, más bien como una masa de brioche rebelde.
Deja reposar esta belleza durante 30 minutos. Manténgalo alejado de las corrientes de aire: no le gusta el frío, como al resto de nosotros, ¿verdad?
La etapa crucial: la espera
Ahora es el momento de añadir la mantequilla derretida y el azúcar perlado. Mezcla bien y verás que la masa se relaja un poco, como nosotros después de un largo día.
La paciencia es la madre de las virtudes: deje reposar la masa durante al menos 20 o 30 minutos. Si tiene tiempo, déjela incluso 1 hora y 30 minutos, ¡será aún mejor! Imagínese la masa subiendo suavemente, perfumada y enriquecida con todos estos sabores… ¡Es casi poético!
Cocina: El momento de la verdad
Ahora llega el gran momento: ¡hornear! Precalienta tu gofrera (sí, tiene que estar caliente, como un sol de verano). Coloca una cucharada generosa de masa en el centro y deja que se haga la magia.
No los pierda de vista, ya que se cuecen rápidamente. En cuanto los gofres estén todo lo dorados que quieras, sácalos y admira el resultado: gofres de Lieja crujientes por fuera, blandos por dentro, con esos cristalitos de azúcar perlado que crujen bajo los dientes… ¡Una auténtica delicia!