Cómo plantar una semilla de mango y cultivarla con éxito en una maceta

Los mangos, con su suculento dulzor y sabor tropical, son un complemento delicioso para cualquier jardín. ¿Y si le dijera que puede cultivar su propio árbol de mango en la comodidad de su casa? Sí, ha oído bien. Cultivar un árbol de mango a partir de una semilla no sólo es una experiencia divertida y gratificante, sino también una forma estupenda de disfrutar de los frutos de tu trabajo (literalmente). En esta guía, te guiaremos a través del proceso de plantar una semilla de mango y convertirla en un próspero árbol de mango en maceta.

Materiales que necesitarás

  • Semilla de mango fresca: Empieza con un mango maduro y sano. Extrae la semilla con cuidado, asegurándote de abrir la cáscara para exponer la semilla mientras la mantienes cómodamente dentro.
  • Palillos de dientes: Reúna unos cuantos palillos de dientes para ayudar a suspender la cáscara de la semilla abierta en agua.
  • Vaso o tarro: Busca un vaso o tarro transparente que te permita observar el crecimiento de la semilla.
  • Agua: Utiliza agua limpia a temperatura ambiente para la fase inicial de germinación.
  • Maceta y sustrato: Una vez que la semilla haya germinado, necesitarás una maceta adecuada y un sustrato rico en nutrientes para trasplantarla.

Guía paso a paso:

1. Extraer la semilla:
Retira con cuidado la semilla del mango, abriendo suavemente la cáscara para exponer la semilla mientras la mantienes cómodamente dentro de la cáscara.

2. Preparar la semilla para la germinación:
Inserte palillos de dientes en los lados de la cáscara abierta, espaciándolos uniformemente para crear una estructura de soporte estable. Los palillos se apoyarán en el borde del vaso, suspendiendo la semilla en el agua.

3. Suspenda la semilla en agua:
Coloque la semilla con el palillo y la cáscara agrietada en el vaso o el tarro, asegurándose de que la base de la semilla esté sumergida en el agua. La cáscara agrietada acunará la semilla mientras absorbe agua y comienza el proceso de germinación.

4. Controlar y cambiar el agua:
Vigile el nivel y la calidad del agua. Cambia el agua con regularidad para evitar la aparición de moho y garantizar un entorno saludable para tu semilla de mango.

5. Espere a que brote:
Ten paciencia. La semilla de mango puede tardar unas semanas en abrirse y salir un pequeño brote a través de la cáscara agrietada. Una vez que el brote tenga unos centímetros de altura, estará listo para el siguiente paso.

6. Trasplante:
Trasplanta con cuidado la semilla germinada con la cáscara agrietada a una maceta con sustrato que drene bien. Asegúrate de que el brote está por encima de la superficie del suelo mientras que la semilla está parcialmente enterrada dentro de la cáscara agrietada.

7. Proporcione los cuidados adecuados:
Coloque el árbol de mango en maceta en un lugar soleado y riéguelo con regularidad. A medida que crezca, considere la posibilidad de introducir un abono equilibrado para favorecer un desarrollo sano.

Al incorporar la cáscara de la semilla abierta y agrietada al proceso, creas una estructura estable y de apoyo para tu semilla de mango al tiempo que le permites brotar y crecer con éxito. ¡Feliz cultivo!